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Un veneno vegetal: el acónito

El acónito (Aconitum napellus, familia Ranunculáceas) es una planta vivaz, muy tóxica, que se seca en otoño y brota ya entrada la primavera. Presenta rizomas con forma de pequeño nabo (miden de 5 a 15 cm de largo, por 2 ó 3 cm de grosor), de los que brotan los vástagos que llegan hasta el metro de altura. El tallo es recio y tieso, macizo, verdoso y sin pilosidad.

Hojas de forma palmada, divididas y subdivididas en lacinias muy estrechas.

Las flores tienen color azul más o menos intenso y con venas de tono más oscuro. Cada flor está sostenida por un corto pedúnculo y se compone de cinco piezas casi siempre algo vellosas. Las piezas laterales son más o menos ovaladas y están recubiertas por una pieza superior con forma de casco. Por dentro de este casco se hallan dos nectarios. En el centro de la flor hay numerosos estambres de filamentos azules, que rodean los tres rudimentos del fruto, verdes y con un agudo estigma en el extremo de color oscuro.

El fruto es un folículo dividido en tres segmentos que se secan y se abren lateralmente al madurar.

Florece en verano, a partir del mes de junio.


Se cría en los prados, junto a manantiales y en los bordes de los arroyos, siempre en zonas de montaña y clima atlántico. Prefiere suelos muy ricos en abono y no muy ácidos. Es frecuente en todo el Pirineo y también se halla en la Cordillera Cantábrica. Si nos vamos hacia el sur de la Península lo encontraremos en Sierra Nevada, donde se encuentra hasta 2.500 m.


Contiene entre un 0,5 y 1,5 % de alcaloides diterpénicos (sobre todo aconitina, pero también hipaconitina, pseudoaconitina, jesaconitina, mesaconitina y licaconitina); ácidos orgánicos (málico, oxálico, tartárico, succínico y cítrico); y resinas.

La raíz es donde se encuentran más concentrados los principios activos y se recolecta en verano.

Se ha utilizado como antipirético, analgésico, antiinflamatorio externo y calmante de la tos, aunque se desaconseja su uso.

La aconitina es extremadamente tóxica y una dosis de 2 mg puede causar la muerte en un adulto. Se absorbe a través de la piel, por lo que hay que extremar las precauciones al manejar esta planta. Una intoxicación por aconitina, se manifiesta por nauseas, vómitos, diarreas, espasmos musculares y bajada del pulso. Esta substancia actúa mayoritariamente sobre los centros nerviosos que regulan la respiración y el ritmo cardíaco.

Cuenta Teofrasto, en su obra "Historia de las plantas", en el capítulo 16 del Libro IX, que se utilizó con frecuencia por parte de algunos gobernantes para envenenar a enemigos políticos.

En algunas zonas, se había utilizado para envenenar trampas con las que cazar depredadores, lo cual es una grave irresponsabilidad, además de tener consecuencias penales.

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