Para dar color: onoquiles
- jesuscarilla
- 28 mar 2020
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El onoquiles (Alkanna tinctoria, familia Boragináceas) es una planta herbácea, cubierta de pelos, de 6 a 15 cm de altura, de tallos simples, postrados, y con raíces de color rojo-violáceo, de gusto astringente y un poco amargo.
Las hojas superiores son lanceoladas y abrazadoras, las inferiores estrechas en la base, todas ellas muy pubescentes.
Las flores presentan un cáliz dividido en 5 lóbulos que se agrandan en la fructificación. La corola es en forma de embudo con 5 pétalos lanceolados, desiguales y de color azul. Los estambres se disponen de manera alterna con los pétalos.
El fruto es un tetraquenio que contiene semillas de forma arriñonada.
Florece de abril a junio.
Se cría en arenales, ramblas y orillas de los ríos de tierra baja y de montañas hasta unos 1500 m de altitud. Generalmente es poco abundante y difícil de encontrar.
Se recolecta la planta entera, incluida la raíz, en verano.
La corteza contiene alcanina (colorante rojo, llamado también ancusina); ácido ancúsico; rojo de orcaneta o de alkanna; ácido alcánnico que se convierte fácilmente en ácido ancúsico; y alcaloides. La raíz contiene alcaloides; ácido ancúsico; ácido alcánnico; cera; resina; éster del ácido cerotínico; y alcohol carnaúbico.
Tiene propiedades astringentes y vulnerarias. De forma tradicional, se utilizaba contra las mordeduras de serpientes: contra las mordeduras de víboras se aconseja aplicar sobre la herida un cataplasma elaborado con hojas y flores frescas previamente machacadas.
Para lavar heridas y ayudar a su cicatrización, preparar una infusión con 30 g de raíz seca y pulverizada por litro de agua hirviendo. Dejar enfriar, filtrar y limpiar la herida con el agua obtenida. Hay que utilizar siempre infusiones recién preparadas.
La tintura alcohólica se utiliza para los ensayos volumétricos de neutralización.
El colorante rojo extraído de la raíz se utiliza para colorear la manteca de cerdo, en proporción de 1 kg de manteca por 30 g de raíz pulverizada. También para teñir maderas, productos farmacéuticos y de perfumería, y como reactivo histoquímico de tejidos vegetales.
Para teñir lana se utiliza una proporción 1:2 de pigmento respecto el tejido. Las raíces se dejan en remojo una noche, luego se cuecen brevemente, se añade vinagre o ácido oxálico para modificar el tono, la lana se mordienta con bicromato potásico y luego se hierve con el tinte, se consigue un tono beige. Con crémor tártaro y alumbre se consiguen tonos rojo-violáceos.
En ocasiones se había utilizado para adulterar el vino.
Antiguamente era utilizado como colorete facial.
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