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Belladona pero muy tóxica

La belladona (Atropa belladona, familia Solanáceas) es una planta vivaz, tóxica, con una cepa rolliza, de la que arranca una raíz cilíndrica de hasta 1 m de longitud que se hunde verticalmente en el suelo. Los tallos que salen de la cepa miden entre 75 y 100 cm, se ramifican normalmente en tres ramas, y están cubiertos de un vello denso, muy corto y muy fino.

Las hojas son grandes, ovaladas, agudas, con los bordes enteros, delgadas y sostenidas por cortos peciolos. En la parte superior aparecen las hojas agrupadas en pares de diferente tamaño.

En la axila de las hojas aparecen las flores, normalmente solitarias sobre pedúnculos colgantes. Las flores tienen el cáliz pubescente, profundamente dividido en cinco lóbulos ovales, terminados en punta, y persiste y crece hasta la madurez del fruto. La corola mide de 2 a 3 cm, es de una sola pieza, tiene forma acampanada, un poco estrechada hacia su extremo superior donde forma cinco lóbulos poco profundos y echados hacia fuera, es de color violáceo pardusco, y en su interior de un amarillento sucio con venas de color vinoso. Los estambres son cinco, con largos filamentos de longitud desigual, los cuales surgen de la base de la corola y no asoman al exterior.

El fruto es una baya del tamaño de una pequeña cereza, de color negro, reluciente, y con el jugo de color morado; contiene numerosas semillas, pequeñas y de forma arriñonada.

Florece a partir del mes de mayo hasta bien entrado el verano, y, a menudo, vuelve a florecer en otoño.


Vive en bosques caducifolios, normalmente en hayedos y robledales. Se distribuye por las montañas del norte peninsular como Pirineos y montañas prepirenaicas, y zonas de ambientes atlánticos. Prefiere terrenos calcáreos.


Mayoritariamente se recolectan las hojas, aunque también la raíz y las flores. La mejor época es a finales de verano, que es cuando mayor cantidad de principios activos contiene. Se desecan rápidamente en lugares bien ventilados, a temperatura no demasiado alta (entre 30° y 40° C). Para obtener 1 kg de hojas secas se necesitan 7 de hojas frescas.

Sus principales componentes son los alcaloides tropánicos, especialmente hiosciamina, y en menor cantidad escopolamina y atropina.

Actúa a nivel de sistema nerviosos central, y tiene propiedades espasmolíticas, paralizantes, inhibitoria de secreciones, cardioaceleradoras y midriáticas. Se utiliza en casos de asma, espasmos del sistema digestivo, infarto, y en exploraciones oftalmológicas para dilatar la pupila.


En una planta extremadamente peligrosa. Se suelen dar intoxicaciones al consumir los frutos de esta planta. Los primeros síntomas aparecen pronto, al cabo de un cuarto de hora o de media hora. Comienzan por una gran sequedad en la garganta, acompañada de intensa sed; la deglución no es posible; las pupilas se dilatan, la vista se enturbia, y los ojos se abrillantan. El intoxicado siente vértigos y desvanecimientos; las pulsaciones se hacen más frecuentes, y, si la intoxicación es grave, cae en estado de inconsciencia y, alucinado, delira. Finalmente, puede sobrevenir el coma y morir por parálisis respiratoria. Tres frutos pueden provocar la muerte en niños. De forma externa puede provocar dermatitis por contacto.

Parece ser que esta planta formaba parte de diversos brebajes que hacían las brujas de la antigüedad para entrar en éxtasis. También se utilizaba para envenenar flechas en las guerras.


Muchas mujeres se la aplicaban en los ojos para que, por sus virtudes midriáticas, se dilataran sus pupilas y los ojos aparecieran más grandes y hermosos. Al parecer, ese es el origen del nombre “belladona”.

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