Adaptación a la aridez: la ontina
- jesuscarilla
- 28 mar 2020
- 1 Min. de lectura
La ontina (Artemisia herba-alba, familia Asteráceas) es una pequeña mata muy aromática, de olor alcanforado, de 30-40 cm de altura, muy ramificada y blancuzca.
Presenta abundantes hojas, pequeñas, divididas en segmentos muy angostos y crespos. En la axila de cada una de estas hojitas hay un glomérulo de hojitas todavía más pequeñas.
Los capítulos son minúsculos, de sólo tres o cuatro florecitas amarillentas o rojizas, y de no más de 2,5 mm de largo. Forman ramilletes terminales.
Florece en otoño, después de las primeras lluvias.
Se cría y forma ontinares en las tierras áridas de Aragón, Cataluña, Valencia, Murcia, y llega hasta Andalucía.
Se utilizan las sumidades de la planta, con flores o con el fruto ya hecho, en cantidad de 50 gr por litro de agua, en infusión, y se administran una o dos tazas al día. Tiene propiedades vermífugas.
Contiene esencia en cantidades variables entre 0,30 y 1,60 %, compuesta de cineol, alcanfor y tuyona a.
Es una planta con interés melífero.
Se ha utilizado en algunas zonas como insecticida, por ejemplo, poniendo trozos de la planta seca en saquitos, como repelente de las polillas en los armarios de ropa.
Sobre esta planta se forman unas agallas redondas y algodonosas, provocadas por la picada de un insecto del género Rhopalomya. Éstas arden con facilidad, lo que ha originado diversos nombres derivados de la yesca.
Komentar